viernes, 11 de diciembre de 2009

Atrabiliario XXII


En el ángulo genuflexo

de la ventana

anida, el rayo mortecino

de un sol languidecente y vespertino.


La luz del candil

exuda, la convergente ampulosidad

de descompuestos rayos multicolores,

y a lo lejos

decadentes chalupas

improvisan una danza incoherente,

sobre labios salitres de ondas marinas.


Y en el varandal, supino

mi brazo, y enhiestas figuras

cruzan por la verca,

haciendo mas incomprensible

la hora fatal de un hado,

taciturno y mezquino.

Allá arriba, gárgolas y elfos

sonríen en urbano empíreo,

de mi atrabiliario dicterio.


Y aunque no entiendas estos versos,

no importa ser mas claro,

si sólo necesito que entiendas,

cuándo mil veces escribo,

en la solemnidad de los libros yertos.


Juan Manuel Caro Escritor SADE Alte. Brown

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