2 de marzo, 112 aniversario del Lucio Melendez
El ombú, es muy probable que fuera
protagonista y testigo , y presenciara desde un rincón la llegada de los
carruajes con varias distinguidas familias que se ubicaron para colocar la
piedra fundamental, aquella tarde ,un domingo de marzo, mientras la lluvia
formaba un rosario de gotas en la desgastada sotana del padre Emilio. Puede ser
que haya visto el paulatino transcurrir
de los días de construcción hasta
la inauguración del Hospital, el impetuoso y locuaz Dr Finochietto estaba entre
los fundadores, buscó a Don Esteban pero no lo
encontró sus ochenta y tantos años lo tenían a maltraer , y el día no era
apropiado para estar a la intemperie, sumado al temor a la enfermedad,que la
peste de fiebre amarilla en Bs.As.,había dejado como secuela en un espíritu
reacio a las impurezas, también escuchó la voz
del Dr Gonzalez ,Director del Hospital
hablándole a los practicantes, con el tiempo llegaron las monjas,
se nombró al Dr Escudero, llegó la primera Administradora del Hospital
,Rosa Flores, una mujer de temperamento, que
junto a Escudero llevaron adelante la tarea de jerarquizar a este
establecimiento sanitario. La sala de cirugía,y la de internados, fue quedando
chica para la demanda, se inicio una primera ampliación, después otra y por
último las reformas que cambiaron la entrada
y admisión de los pacientes por la calle Gorriti hoy Presidente Perón.
Aquel esbirro ombú, no fue respetado, y así como se acumulaban escombros para
dejarlos a un lado, allí también iba a parar el ombú, que arrojado sobre los
desperdicios, el muy tenaz y testarudo volvía una y otra vez a reverdecer, en
varias oportunidades durante la
Presidencia del General Perón, este hacia un alto en su viaje a San Vicente, y
pasaba a tomar unos mates con el Director del Hospital, y el lugar preferido
para dialogar sobre problemas sanitarios
era a la sombra de aquel ombú que nuevamente estaba en pie y rebosante. El
destino es una parodia, que nos muestra generosos y ciertos ejemplos, que son
reflejo fiel de la vida de los hombres. En la última ampliación, el también fue
exilado, desarraigado, y relegado nuevamente, esta vez contra los muros de una
pared lateral que lo separaba de la parada de colectivos que se encuentra sobre
la vereda, pero de a poco las paredes cedieron a sus raíces, su tronco creció hasta
los límites de la vereda y hoy sus ramas nos cuentan que bajo su sombra, pasó y
pasaron personajes de nuestra historia pueblerina en estos 112 años del
Melendez ,aunque nosotros miramos para otro lado esperando el colectivo, él
sigue allí mirando hacia el futuro ante la más absoluta indiferencia,
indiferencia de una sociedad que no busca la estrella de su destino, mientras
no la encuentre fortaleciendo sus propias raíces, ”cumple con su deber,
quien va mas allá de sus obligaciones” escuchó que decía el Dr. Finochietto, y no es más
ni menos que devolver a la
sociedad la esperanza en la vida, este
ombú sabe de su conciencia de hierba, conoce de su falta de flores y perfume,
pero también sabe de su sombra ,que no tiene nada que envidiar a otros
agradables árboles que adornan nuestra ciudad, mirar y confiar en sus propias
raíces, ese es el mensaje en estos 112 años del Hospital Lucio Melendez.
juanmanuelcaro.


No hay comentarios:
Publicar un comentario