Hybris (cuento corto)
Los rescatistas desplazaron los cuerpos hasta la ambulancia, el de
Martín, un indeseable, abandonado y miserable, que recorría las calles
del puerto, y el de la joven mujer, que después se supo, era el de
Raquel Abraimovich, la hija de un acaudalado industrial de la
manufactura textil.
Esa noche había llegado Martín, hasta los galpones del puerto en busca de refugio , para evitar la madrugada gélida que se anunciaba. Sobresaltado se despertó, más allá de la medianoche .
,-Si dejás el dinero, dónde te digo, no pasará nada- dijo uno de los malhechores y envió el mensaje.-
--Estos no se la creen –dijo el otro maleante ,mientras acomodaba la bolsa cruzada de correas y cintas.
Martín sumido en ineludible silencio, a veces dormitando y esperando
el momento oportuno para alejarse , ponerse a resguardo y no
comprometerse en aquella situación, veria después como explicarle a un
policía amigo, pero sin muchos detalles significativos lo que estaba
sucediendo.
La alarma de un reloj dio las cuatro y
con el último sonido , recibió un golpe en la nuca que lo dejó tendido
sobre unos cajones.
Parsimoniosamente
se detuvo un auto al costado del galpón,
-tenés el dinero?-
-Si subí- dijo el otro maleante ,
fondearon el sendero arenoso al borde de los médanos y
abandonaron el pueblo.
En el galpón del puerto , la irracional
certeza de la vida, había pintado sus dos extremos, con una paleta de
múltiples matices sobre un lienzo de grises, representando a Hybris,
imagen de lo fatal e injusto.
j.m.c./2014

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