martes, 4 de marzo de 2014

PRIMERA BODEGA en el RIO DE LA PLATA juanmanuelcaro

en 1625 teniamos la primera bodega en la COSTA de SARANDÍ-DOMINICO..., Bicentenario en Puente Chico...,
El portugués,se aventuró mas allá del arroyo, había salido del rancho apenas asomaba el sol en el horizonte y las ultimas estrellas entre nubes titilaban en el poniente. En el retamar rompen las rosas del rio y sarandíes abundantes marcan el sendero a la costa, a lo largo del arroyo garzas,patos, un garbón que levanta vuelo y teros bulliciosos anuncian el día agradable después de la tormenta suave pero persistente de enero. Cerca de Puente Chico se levanta la casa,cinco negros sus mujeres y sus hijos se encargan de las tareas,cuidar la casa,los animales y la plantación,esta era la segunda cosecha ,y las hileras de vides
se extendían de este a oeste,en diagonal perfecta con la finca,arboles frutales las protegían del viento sur y los frutos se prodigaban de manera extraordinaria este año. La tierra rica en nutrientes formaba la selva marginal,abundante en especies,que arrastraba el paraná desde el norte, durante las crecidas los negros debían cuidarse,porque aparecían en la costa monos,iguanas, yacarés y peligrosas serpientes. Un canal
principal y acequias y zanjones ,con pequeñas exclusas permitían el riego y mantener alejados a los animales cimarrones que había traído desde Santa Fe.
Don Melchor Maciel hizo la recorrida, la plantación se extendía hasta las barrancas mas allá de los canales de riego ,y estaba discutiendo el precio para adquirir las tierras de Don Hurtado de Balcázar, para anexar
otra parcela en la parte sur de la finca, los racimos pendían rebosantes en sus gajos,y se felicitaba a si mismo ,cada racimo eran cuatro años de trabajo intenso,cuantas cepas habia probado en estas tierras,hasta dar con la mas apropiada,en Vianna do Castello ,Portugal,su familia acostumbrada a vinos mas espirituosos,no imaginaban lo que había conseguido aquí con esa especie que ellos casi desechaban y tenían de adorno. Se iniciaba recién el año 1627 , los negros prepararon los dos carros con sus bueyes para trasladar los barriles al Convento de Santo Domingo ,con el vino dulce, inconfundible por su sabor, y que se distribuía en todas las parroquias de la ciudad, para transformarse en los altares en la sangre de Cristo.

Hoy sera un día especial,el mensajero apostólico de la congregación llegará a la plantación,se incorpora una nueva pareja de negros con sus hijos,se bendecirá el matrimonio y a los niños, y darán las gracias por la abundante cosecha. Sin desdeñar a los que llama su familia ,estos mulatos ,Don Melchor ,un espíritu libertario, participara de la comida y la fiesta,con sus cuatro hijas, el pequeño Francisco y Luis en los brazos de su esposa Catalina de Melo.

Por la noche ,en el mirador,mientras Don Maciel hace planes y recuerda a su familia de Portugal, detras de la gavera y el falucho verá deslizarse en hilera y uno a uno hacia la costa a esos mismos negros, que recordaran en la playa,antiguas ceremonias tirando flores y vides al río en agradecimiento a la madre naturaleza.

Hoy, y como siempre en las épocas de cosecha en el altar mayor del Convento Santo Domingo,sobre una lápida donde figura el nombre de Melchor Maciel,encontraran ,flores de la rosa del río, algunas vides y rojos sarandíes, homenaje de los desconocidos descendientes de aquellas familias,que aprendieron de Don Maciel, que un pueblo que olvida sus raíces merece vivir de rodillas.
juan manuel caro

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